Hay muchos mitos y realidades que giran en torno al consumo de proteínas de origen vegetal y animal. Se habla de si la proteína vegetal es más sana que la proteína animal, si eliminar las proteínas de origen animal de nuestra dieta nos ayudará a llevar una vida más saludable o inclusive si una contamina más al medio ambiente que la otra.
Vivian Analí Garza Duarte, nutrióloga del Sistema DIF Guadalajara, habla sobre las verdades y las falsedades en torno a la alimentación: “Inicialmente debes saber que las proteínas son los nutrientes más abundantes de nuestro cuerpo y se encuentran formando parte de nuestras células, órganos y tejidos. Por eso es muy importante que se realice un aporte adecuado a través de los alimentos que consumimos. En este boletín se aborda información que te ayudará a hacer una mejor selección de las proteínas que consumes en tu dieta”.
A continuación, la experta en nutrición hace una lista y su explicación sobre lo que es y no cierto en torno a este tema.
Mito: Las proteínas vegetales son mejores que las proteínas animales.
Las proteínas están compuestas por veinte aminoácidos diferentes, nueve de ellos son considerados esenciales por que el cuerpo humano no los produce y son los que necesita principalmente obtener a través de los alimentos. Para saber si una proteína es mejor que otra, independientemente de si es de origen animal o vegetal, es importante conocer por cuales y cuantos aminoácidos está compuesta.
En general las proteínas provenientes de alimentos de origen animal como el huevo, la leche, el queso y la carne (res, cerdo, aves, pescad y mariscos) nos proporcionan los nueve aminoácidos esenciales, eso quiere decir que son proteínas de muy buena calidad. Por el contrario, las proteínas provenientes de origen vegetal suelen ser deficientes en uno o más aminoácidos. Lo anterior quiere decir que necesitan acompañarse de otra proteína vegetal para mejorar su calidad.
Realidad. Disminuir el consumo de proteínas de origen animal nos ayuda a llevar una vida más saludable.
Diversos estudios han demostrado que disminuir la cantidad de proteínas de origen animal que consumimos, disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que, aunque son excelente fuente de vitamina B12, Zinc, Fósforo y Hierro, también nos aportan grasas saturadas y colesterol, en comparación con las proteínas de origen vegetal.
Si bien las proteínas de origen vegetal son más difíciles de digerir y absorber por nuestro cuerpo, también son buena fuente de vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes y grasas benéficas, lo que les confieren mayores ventajas para la salud. Para mejorar su calidad procura hacer combinaciones entre leguminosas (frijol, lenteja) con cereales (arroz, trigo, maíz, avena) u oleaginosas (nueces, almendras, ajonjolí).
De acuerdo a investigaciones, se pueden obtener proteínas completas combinando la harina de ajonjolí y la proteína de soya, el maíz y el jitomate, el coco y la manzana, la nuez y la proteína de soya, el jugo de naranja y los edamames. Por otro lado, algunos alimentos vegetales como el betabel, los garbanzos, el pistache y la soya tienen proteínas tan completas como las de origen animal.
Realidad. Producir alimentos de origen animal contamina al medio ambiente.
Los alimentos de origen animal son muy buena fuente de proteína de excelente calidad y micronutrientes esenciales, sin embargo, su producción es mucho menos sostenible que las fuentes de proteína vegetal, por lo que producirlos genera una mayor cantidad de gases con efecto invernadero y por lo tanto contribuye con el calentamiento global. En general, una dieta que incluye mayor cantidad de alimentos de origen vegetal tiene mayores beneficios para la salud y para el medio ambiente.